Si hubiera palabras suficientes para expresar lo que siento, estaría descansando en paz, en cambio, un torrente de pensamientos me invade cada instante que recuerdo… muchos son los días que vivimos juntos, felices, momentos de tensión, momentos inolvidables… A pesar de todo esto, intentare expresarme, porque si algo en este mundo merece la pena, ese algo, tened por seguro que sois vosotras.
Cada día al despertar vuestra imagen se formaba en mi mente, la primera vista del día, una visión inolvidable. Únicas como el rocío de cada mañana que acaricia el alfeizar, resbalando por el muro, y rociando aquellas tres inmaculadas rosas, que a la par que vosotras ocupan un sitio en mi triste corazón.
8:30 de la mañana, tengo que despertar, pero temo que al despertar se marche vuestra imagen, pues sois el único combustible que hace funcionar a este oxidado corazón, sois la parte esencial que compone mi organismo, si el mundo es un equilibrio, sin vosotras no se sostendría, por eso a vosotras esto os dedico.
10:30 de la mañana, despierto activo, escribiendo estos versos como un autómata sin parar de escribir sin pararme a pensar no soy yo el que escribe, mas si bien lo piensas el que escribe es mi corazón.
11:15 de la mañana, nuestros caminos por un breve periodo de tiempo se separan, olvidando que todos juntos somos otro ser, un ente en armonía, imperceptible para la sociedad, pero se, y sabemos que juntos formamos uno.
12:30 estando juntos otra vez imparables somos pensareis, pero me doy cuenta de que el tiempo nos juega una mala pasada, corre en nuestra contra, y aunque quisiéramos pararlo inútil seria mas solo Cronos sabe cómo, avanza el tiempo intentando separarnos y llevarme a mi fin…
2:15 toca la campana, es algo inevitable, nuestros caminos se volverán a separar, pero una pregunta invade mi cuerpo. ¿Cuánto tiempo puede estar solo mi triste corazón?
2:20 ya nos despedimos, a mi pesar, sabiendo que esa despedida será el réquiem de mi corazón, a lo lejos observo como partís… y os vais distanciando mas y mas... cada paso que os alejáis algo en mi se revuelve y poco a poco noto como los latidos de mi corazón se reducen, pues sin vosotras no hay más razón de vida para este, el que está en sus últimos minutos mi dolorido corazón.
2:30 tumbado en la hierba, familiarizándome con ella, pues mi corazón se para y ya no hay nada que lo remedie, pero con mi último suspiro las ocho letras de un os quiero susurrare al viento hasta que mi mente me responda, y mi corazón… siga en funcionamiento.
Para las tres rosas negras de mi jardín.
Francisco R. ®
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