Aquí pongo un pequeño fragmento del primer capitulo, el que espero se convierta en la historia escrita de mi vida, si algo no gusta por cualquier razon, hacermelo saber de inmediato:
Capitulo uno,
Mi comienzo.
No me es fácil escribir esto a pesar de que escribí muchas cosas para los diecisiete años que tengo pero creo que esto es un buen comienzo.
Voy a intentar contar mi vida desde el momento en el cual cambió radicalmente.
No sabría deciros la fecha exacta, pero sé que fue hace exactamente seis años a partir de hoy doce de junio de 2010, bien, como iba diciendo, todo comenzó una mañana en la que me dirigía camino hacia un nuevo colegio, un gran desconocido para apenas unos meses… que atrocidad pensareis el separar a alguien de esa edad de las personas con las que creció, pero no estamos aquí para hablar de eso, sino lo que les quiero contar es lo que cambio mi vida y mi forma de ser para siempre.
Eran aproximadamente las ocho y media pasadas cuando llegue a la puerta del colegio, las clases ya habían empezado, pero yo tenía el hábito de retozar en mi mullidita cama, ajeno de lo que pasase en el exterior, cuando entre en clase me dijo la profesora “¿Por qué llegas tarde Francisco?” a lo que la habría contestado gustosamente con mi ingenio del momento con alguna genial excusa, cuando de repente entro la mayor entidad del colegio, presentando a una alumna nueva, la cual la sucedió prácticamente lo mismo que a mí.
No podría explicar con palabras, la sensación que tuve al verla, pero quizás con una metáfora pueda ayudarte a hacerte una idea de lo que se paso por mi cabeza, “ Encontrándome en un maizal, todos iguales , todos idénticos a aquella fantástica edad, al verla entrar por la puerta sentí que entre la paja… había una hermosa flor que nadie quiso comprender…” tuve esa sensación en la que te quedas flotando en el aire que todo el resto del mundo, ene este caso la clase se paralizaba o incluso iba a cámara lenta todo , sin embargo ella me miró.
Anduve observándola durante unos días y me di cuenta de que nadie tenía la intención de conocerla, como cualquier persona decente hubiera hecho, en aquel momento, la empecé a enviar mensajitos cada vez más profundos, pues esa chica tenía algo especial que los demás no pudieron ver, pero yo… nunca fui como los demás.
Un día de aquella semana, se corrió la voz de que… me gustaba “la nueva”, encontrémonos en clase e intercambiamos unas miradas, ah… que miradas aquellas con esos ojitos de avellana, no sabía nada de ella pero ella tampoco me conocía y creyó que simplemente me burlaría de “la nueva”, la di a entender que no me fijaba en ella por esas razones, a todo esto, ya eran las once y cuarto aproximadamente, cuando toco la campana del recreo, uhmm dichosa libertad de la que gozábamos al escuchar la campana, bueno, procurare no aburriros con detalles que al haber tenido una mínima infancia habréis vivido, como iba diciendo salimos al patio, yo preocupado la busque locamente recorriéndome prácticamente en el colegio, hasta que alguien se acerco a mi tímidamente, y me dijo susurrándome “está esperando a que la beses”, sin más preámbulo y sin pensármelo dos veces me dirigí hacia donde me indicaron que estaba, la mire a los ojos, ella aparto la mirada un segundo pero me devolvió la mirada al instante, mi corazón latía con fiereza, más seria mi primer beso sincero, cuando llego el momento de juntar nuestros labios, tuve miedo, ¿qué seria aquello de lo que todo el mundo hablaba?
Llego el momento, no podíamos aplazarlo más, estire un poco el cuello y junte mis labios con los suyos… que sensación que bienestar ¡flotaba! No creía que aquel pequeño gesto tuviera tan fantástica repercusión en mi felicidad con carácter inmediato, sentí que podría estar todo el día así sin moverme de aquella posición, mas el tiempo apremiaba, sonó la campana, ahora maldita campana de interrupción, volvimos a clase, pero sinceramente no se qué clase teníamos ni me importaba, solo pensaba en ella en aquellos momentos, empecé a sentir unas enormes ganas de canalizar mi deseo por ella y ese es el momento que cambio mi vida para siempre.
Anduvimos una temporada viéndonos, pero este hecho no duro mucho, porque no fui capaz o no supe complacer sus necesidades, y a muy pesar, mas suyo que mío, nos separamos, ella me dijo un adiós pero yo nunca pude despedirme de ella de aquella manera, porque la sentía dentro de mí, no podría explicar la sensación, pero si recordáis la primera vez que se enamoraron, lo entenderéis.
Con aquella edad, nada era para siempre, y como se suele decir “es bonito mientras dura”, mas a esta edad yo todavía era un niño que pensaba en jugar y jugar… este hecho me cambio exteriormente, me marco, pero su pérdida fue la que realmente me hizo cambiar, como podría deciros que fue… “visto y no visto”, lo que yo llamo una relación relámpago, que sola la disfrutan los inmaduros, la personas que pueden quererte, si pero te querrán no por lo que eres realmente, sino mas bien por lo que aparentas ser.
No intente hacer nada por ella, mas al juego del amor era la primera vez que jugaba, no sabía qué hacer, por dentro sentía un gran vacío, una sensación de soledad me invadía, mas nada pude hacer porque me quede de piedra, aun siendo por un error mío, que recordaría durante varios años más tarde, y por supuesto, a ella a fecha de hoy nunca la olvidé.
Aquel momento de frustración, de soledad… fue el coctel perfecto para que naciera mi primera frase corta, que creo que aun recuerdo.
“Muy a mi pesar, debo marcharme, mas mi corazón ansía volver a encontrarse con su otra parte”
Desde entonces no pare de hacer escritos de amor y alguna poesía simple , para rememorar lo bueno y resaltar mi pena por lo malo, su perdida.
martes, 15 de junio de 2010
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